Ana Fuente
Poeta
Two Daughters
In searching after an employment for our hands we encountered the writing=pen. Our ear found repose from asheer noise-silence dichotomy when it discovered music. The day the eyes grew weary of the same habitual filter to reckon this obtuse reality, they could rest upon art. When we realized that the possibilities open to our body and the reach of our own self were infinite, we became aware that this was the way to attain immortality and transcendence. We saw ourselves reflected in the Other, that Other of centuries ago, just like centuries hereafter we shall be remembered, hopefully, by those who are yet to come.
Caught in the maelstrom of our times, we became used to think that we simply inhabit the world, while excluding any possibility of a bilateral relationship. We forget that we may be, and actually are, often possessed by that entity which silently slides through our senses into the core of our being, where it will wring our soul until, if we are lucky, the point of paroxysm. Therefore, let tears, laughter, and gooseflesh come upon us! Let the possibility of feeling─feeling to the utmost─ become installed forever in us. Let this demon that scourges us and consoles us keep screaming that we are body and reason. And may art never, never be exorcised from us.
Dos Hijas
En la búsqueda de quehacer para las manos, encontramos lapluma; el oído descansó de la dicotomía del ruido y el silenciocuando descubrió la música. El día que los ojos se aburrieron delmismo filtro en esta realidad obtusa, hallaron descanso en elarte. Cuando nos dimos cuenta, las posibilidades del cuerpo y elalcance de la propia existencia se habían vuelto infinitas: eraesta la receta para la inmortalidad y la trascendencia. Nos vimosen el otro, en el de hace siglos, como dentro de siglos nosrecordarán, ojalá, los venideros.
En el vértigo de los tiempos actuales, nos hemos acostumbrado apensar que somos nosotros quienes habitamos el espacio sinposibilidad de una relación bilateral. Olvidamos que podemos, ylo somos a menudo, ser poseídos por ese ente que se deslizasilente entre nuestros sentidos para insertarse entre pecho yespalda y estrujarnos desde dentro hasta, si somos afortunados,el paroxismo. Que vengan las lágrimas, la risa, la piel erizada;que en nosotros se instale siempre la posibilidad de sentir, ysentir hasta desconocernos. Que este demonio que nos azota ynos consuela aúlle que somos entraña y razón y que nunca,nunca, nunca, nos exorcicen el arte.